lunes, 7 de octubre de 2013

INRI /José Tomás Angola Heredia



Después del fuerte grito se quedó allí, dormido por una eternidad, con los brazos abiertos en cruz. Sólo el lanzazo del centurión logró despertarlo. 


ESA NOCHE LLAMADA MUERTE, José Tomás Angola Heredia, pág 71, Los Libros De El Nacional